En INNOVA Trabajo Social reafirmamos la importancia del Trabajo Social Forense (TSF) como un campo profesional que articula lo social, lo jurídico y lo ético para promover prácticas institucionales más justas y garantizar el acceso a derechos. Siguiendo a Ponce de León (2014), partimos de la idea de que el TSF integra estas dimensiones para comprender situaciones que, aun en el ámbito judicial, son siempre construcciones sociales.
El TSF interviene en escenarios atravesados por conflictos, desigualdades y vulneraciones de derechos, promoviendo una mirada centrada en la dignidad humana y la equidad. Tal como sostiene Allen (2012), su fundamento ético-político se orienta a “alcanzar y legitimar el valor justicia”, lo que otorga sentido a cada intervención en contextos de conflicto o abuso de poder.
Uno de los ejes centrales del campo es el diagnóstico social, concebido como herramienta epistemológica, metodológica y ética. De acuerdo con Travi (2012), el diagnóstico permite otorgar rigor, sentido y legitimidad técnica a la intervención profesional, orientando el proceso y fortaleciendo la calidad del acompañamiento.
El TSF requiere además una mirada interdisciplinaria, articulando saberes jurídicos, psicológicos y sociales. Como expresan Krmpotić y Ponce de León (2016), su finalidad es comprender, explicar y anticipar situaciones sociales complejas, lo cual exige competencia técnica, objetividad y legitimidad institucional. Estas premisas resultan indispensables para intervenir en situaciones que involucran niñez, familias y otros grupos en condiciones de vulnerabilidad.
El aporte del TSF se evidencia en su capacidad para integrar lo individual y lo estructural, reconocer determinaciones sociales presentes en los conflictos judiciales, proteger derechos y visibilizar prácticas institucionales que reproducen desigualdad o violencia (Krmpotić & Ponce de León, 2016). De este modo, el Trabajo Social Forense contribuye al fortalecimiento de las garantías de justicia en diversos ámbitos.
Retomando nuevamente a Krmpotić y Ponce de León (2016), asumimos tres premisas esenciales de la práctica forense:
a) toda situación es una realidad a descubrir;
b) descubrir implica intervenir y producir efectos;
c) toda intervención debe sostenerse en criterios de competencia, objetividad y legitimidad profesional.
Desde INNOVA sostenemos que fortalecer el Trabajo Social Forense es fortalecer el acceso a la justicia y la democracia. Por ello, continuamos promoviendo el desarrollo teórico, ético y metodológico del campo, convencidos de que su aporte es clave para construir instituciones más justas y garantizar la protección de derechos en nuestra sociedad.
